Forajidos


A principios de 1909 la prensa gráfica española reproducía entre sus páginas "los retratos de estos famosos foragidos (sic), para coadyuvar al trabajo de sus perseguidores". Se trataba de Vicente Jara Marín y Andrés Urrutia (alias Manuel Martín), que habían sido detenidos un par de años atrás, después de protagonizar con su banda un sonado asalto a un "establecimiento de productos farmacéuticos de la calle de Alcalá, número 7", en Madrid.


La cantidad de crímenes que se les fueron averiguando en distintos puntos del país durante el juicio que siguió a su detención, les dio para ganarse una condena a cadena perpetua en el penal de Ceuta. Todo un premio. Pero ambos lograron huir durante la conducción, volviéndose a Madrid y a las andadas. Pero la libertad no les duró demasiado, dos años, hasta que ese 1909 volvieron a ser atrapados, y condenados esta vez a un penal de Burgos que parecía ofrecer grandes condiciones de seguridad.


La prensa del 31 de enero de 1909 relata lo que ocurrió a continuación: "El día 19 del actual salieron los presos para el penal de Burgos, conducidos en el tren por la Guardia civil. En Ávila se relevó la pareja, y el 20 llegaron á Burgos sin novedad. Al pasar por el puente de Castilla, los dos reclusos, que ya debían llevar rotas las esposas, arrojáronlas al suelo y desaparecieron corriendo, amparados por la obscuridad de la noche"


Esta historia, que recuerda obligadamente a aquella que narra de la conducción del "Sacamantecas" Tomas Salvador en su "Cuerda de Presos", queda abierta para hacerse con ella lo que se desee: imaginar un fin al gusto de cada uno, o seguir el rastro de los prófugos desde su fuga en el puente de Castilla... Al fin y al cabo, son algunas de las maneras en las que uno puede enfrentarse a lo desconocido.

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