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Mostrando entradas de junio, 2013

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Hará cosa de un año que se armó un revuelo terrible entre los expertos y aficionados al arte. Desde siempre, se ha tenido por sabido que bajo un fresco de Vasari representando “La batalla de Scannagallo” que hay en la la sala de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia, se ocultan las primeras pinceladas de uno de Leonardo representando otra batalla: la de Anghiari. Así pues, a principios del 2012, un grupo de “especialistas” lo prepararon todo para ver que había de cierto en ello, y descubrir lo que podía quedar del de Da Vinci. Parece ser que hasta los de National Geographic pusieron dineros para ello, tan necesitados como están de pienso para su canal de documentales: ya nos han mostrado el rostro de Cristo, los misterios de las alcantarillas de Ohio y la implicación de los extraterrestres en el asesinato de Kennedy, así que un nuevo Leonardo podría ser canela fina. El caso es que la cosa saltó a la prensa, pueden verse por ejemplo en la red fotografías de los agujeros que

Ezenggileen

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Leí hará cosa de un año acerca de la lengua Tuva y los rasgos que en ella pueden darse de quienes la hablan allá por las tierras del corazón de Asia. A uno le entraron por el ojo las historias de todas aquellas etnias, familias, tribus o clanes de origen mongol al leer sobre los oirates o calmucos en “La rebelión de los tártaros” de Thomas de Quincey. De ello hace ya muchísimos años y, desde entonces, me da por imaginar un viaje por aquellas tierras del corazón profundo de Asia al modo de los nómadas, con su característico caballo enano, la yurta y el fiel halcón. Pero como uno no está para esos trotes y la vida le ha hecho acostumbrarse hasta la dependencia a los vicios y virtudes de las comodidades occidentales, deja de lado todo esto como meras ensoñaciones y, a modo de consuelo, recurre de vez en cuando a lecturas sobre todo lo que late en el corazón de Asia. Ezenggileen se refiere en lengua Tuva a un tipo de canto, música o composición que evoca los ritmos pulsátiles del galopar