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Mostrando entradas de julio, 2017

Los tumbaos

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Bestiario del siglo XIII de la British Library (Sloane 3544 f. 24) Al hablar de los “tumbados” , Luis Landero se refiere a ese tipo de persona que “opta por suspender su actividad social y se abandona espléndidamente a la inacción”, haciendo que esta pueda durar toda la vida en algunos casos. En otros, cuando pasan unos años, el tumbado abandona la cama y, como si fuese la cosa más natural del mundo, retoma su vida anterior. Ejemplos los hay de todo tipo, aunque seguramente los casos más célebres sean el del compositor italiano Gioacchino Rossini, y los escritores Juan Carlos Onetti, Marcel Proust y Vicente Aleixandre. Hay entre los tumbados un largo etcétera de personas de todo tipo y condición. Pero de entre todos ellos no hay memoria de ninguno que se gane el pan con lo mismo que yo. Quizá éste de ahora hubiera podido ser el momento de abrir mi camino hacia un reconocimiento en algo, pero ese pájaro que llevamos todos colgando del cuello me ha convencido de que ese no es mi destino.

Yva

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Hay ocasiones, muchas, en las que no imaginamos cómo van a terminar las cosas. La mujer de la fotografía representa al modelo femenino de la Alemania de Weimar. A su evidente elegancia, podemos añadir el detalle de que lee el "Rennsport-Zeitung", una publicación deportiva, lo cual nos habla claramente de los ámbitos en los que se mueve su interés y por extensión nos da una idea del lugar que ocupa en la sociedad... Así creyó verlo la autora de la imagen, Else Ernestine Neulander-Simon, conocida como Yva, una joven fotógrafa de moda y publicidad, a la que por aquél entonces se rifaban las principales publicaciones gráficas del país. Yva innovó la técnica fotográfica dotándole de nuevos recursos expresivos, creó su propio estudio y siguió colaborando con revistas, editoriales y otros fotógrafos. Todo acabó con el ascenso de los nazis al poder. Era judia y por ello tuvo que renunciar a la fotografía. Malvivió como pudo como técnico radiólogo en el Hospital Judío de Berlín, hasta

The Ilustrated Police News

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El Illustrated Police News del sábado 14 de agosto de 1869 publicaba en su portada esta ilustración como uno de los hechos sensacionales que se habían dado en la última semana. Por lo que se lee en el interior respecto al duelo de monjas, bastante poco, a uno le queda la sensación de que era uno de tantos cebos hechos a base de noticias falsas o exageradas que abundan en este tipo de medio. ¿Qué dice?: que se enfrentaron por cuestiones de honor, que pertenecían a un convento  de una localidad aparentemente francesa pero que no existe o cuyo nombre está mal transcrito, y que todo acabó con heridas leves, sin apenas derramamiento de sangre y con la concesión mutua del perdón. Amén. El Ilustrated Police News es una de tantas publicaciones del género policial/sensacionalista que abundaron y tuvieron un importante éxito entre los lectores de la segunda mitad del siglo XIX y prácticamente todo el XX. Conozco versiones semejantes en Francia -en España que yo sepa solo estuvo El Caso, pero fue

Barsoom no responde

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Haciendo un barrido por la prensa española de entreguerras en busca de información sobre algo que quiero contar, me encuentro con esto. Es un recorte de la portada del diario El Sol del domingo 25 de abril de 1920, y comparte cabecera con el anuncio de la profunda crisis en la que está inmersa Alemania tras la guerra y las amenazas de que estalle una revolución en Italia. En sus páginas abundan los homenajes al recién fallecido Galdós, las crónicas de fiestas elegantes en Madrid y las manifestaciones de temor a la amenaza bolchevique. Marte no ha contestado... Precisamente ocho años antes, Edgar Rice Burroughs abría su serie marciana. Aquella misma que en algún momento de la década de los años setenta, cuando empecé a experimentar un deseo irrefrenable por leer todo lo que caía en mis manos, encontré entre los viejos libros de mis padres y devoré como si cabalgara a lomos de un Thoat. Barsoom no responde... Y no he podido evitar el volver a mirar al cielo tras un rastro de Dejah Thoris

Sobre la naturaleza del fuego del infierno

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Aquellas violentas clases de catecismo de la infancia de algunos de nosotros, en la que más de uno regresaba a su casa acompañado de algún cardenal -gracias, don Francisco de Quevedo-, fueron en vano. Recibimos conocimientos erróneos. El infierno no está en las entrañas de la tierra: son muy pequeñas y demasiado frías para acoger a tantísimo pecador... Pero no se preocupen: tenemos la respuesta. Está en esta joya bibliográfica titulada " Recherches sur la nature du feu de l'enfer " (Investigaciones sobre la naturaleza del fuego del infierno) de un tal M. Swinden, impresa en Amsterdam en 1757. ¿Dónde está el infierno?: en el Sol, delante de nuestras narices, tal y como lo demuestra científicamente el autor de la obra. Lean y comprueben lo irrefutable de sus argumentos. Y la próxima vez que vayan a la playa a ponerse morenos, recuerden qué es lo que está ardiendo para que ustedes luzcan su bronceado...

What do you call that tune, John?

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John Hurt era de Avalon, Mississippi. Había aprendido a hacer música en su pueblo, escuchando a los músicos que vagabundeaban por la región y fijándose en el modo en que contaban sus historias. El tenía muchas que contar, y en 1928 grabó 20 canciones para Okeh Records. Después, lo dejó y volvió a la vida que sus padres le habían dicho que era la suya: la del cuidado de la granja familiar. Sólo de vez en cuando, en las ferias locales o en las reuniones de vecinos, se atrevía a desempolvar su vieja guitarra. A Hurt lo redescubrió en 1963 un grupo de entusiastas del blues. Y le hicieron salir de su retiro, de la granja de sus padres, para tocar en público su "Spike Driver Blues", apadrinado por Pete Seeger, Hedy West, Paul Cadwell y otros grandes del momento, que rescataron del olvido a tantos dioses del blues. La fotografía tiene el título de "What do you call that tune, John?"

Surtshellir

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Surtshellir es una cueva que se encuentra en un alejado rincón del oeste de Islandia, en un lugar donde sólo el fragor de las erupciones volcánicas ha roto el profundo silencio que acompaña al quejido del viento que irrumpe desde la costa. A pesar de encontrarse en un lugar tan remoto, su existencia no ha dejado de estar presente desde el mismo inicio de la historia escrita en aquella isla. La menciona el Landnámabók (Libro de los asentamientos), manuscrito del siglo XII, que detalla el modo en que fueron colonizando los vikingos aquella isla a lo largo de los doscientos años que corrieron entre los siglos IX y X.  De esta época se cuenta que la cueva y todos sus pasadizos eran utilizados como refugio por bandidos, desterrados y parias de todo tipo, que empleaban el lugar como base para realizar incursiones de pillaje en las granjas y aldeas más próximas. Durante mucho tiempo, Surtshellir fue una fuente de temores y supersticiones para los islandeses que habitaban las montañas de las i

El mundo del futuro y un brujo de Zaragoza

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Lee esto fijamente. Este tiempo en el que vivimos, el futuro de todos los que nos precedieron, no es sino uno de entre los miles que estaban esperándonos. Los había más próximos -aún- a esas distopías que abundan en cine y literatura desde los mismísimos inicios del siglo XX, con realidades aberrantes que en ocasiones no parecen otra cosa que la nuestra reflejada en el espejo del callejón del Gato. Otros se parecen más a aquél que imaginábamos apoyándonos en nuestras lecturas de cómics tipo “Mundo futuro” y las novelas de a duro. Todo muy parecido a ese porvenir en el que prevalecía el progreso tecnológico sobre cualquier otra cosa, siguiendo el sedimento que habían dejado en nuestra imaginación Julio Verne y H.G. Wells. A Juan Bajen y Seros todas estas cosas del futuro y la adivinación le interesaban mucho. No se sabe muy bien si porque tenía una especial habilidad para acertar con los acontecimientos que estaban por venir, o lo suyo era hacer creer a sus convecinos que tenía algún t