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Mostrando entradas de abril, 2012

7 años. Pequeño diccionario debatziano.

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Para los que llevamos ya algún tiempo en esto de los blogs –o cuadernos, como prefiero llamarlo-, se va convirtiendo en una costumbre sorprendentemente rutinaria esto de ir, a cada paso de año, rompiendo el hilo argumental que veníamos arrastrando en anotaciones anteriores, para recordar a nuestros pacientes visitantes que hoy, tal día como el de hoy, nuestro cuaderno, o nosotros como blogeros, hemos cumplido un año más en este mundo virtual. Me toca el 19 de abril, pues, el de hace ya siete años, es aquél en el que empecé en este negociado con el primero de mis cuatro cuadernos: uno al que llamé Ex Oriente Lux y del que se puede saber –como de los siguientes-, lo que se desee curioseando en los enlaces que hay por algún lugar de la columna que hay a la derecha de este texto. El caso es que a uno se le queda un poco la mente en blanco cuando le llega el aniversario: ¿qué hago?, ¿qué cuento para celebrarlo? ¿y si no digo nada, y dejo pasar el año sin que nadie se entere, para quitarme e

Camino de Toledo

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Hará cosa de 5 ó 6 años tuve la fortuna de conocer a Iñigo Pérez Redondo, autor para mí de una obra apasionante. Ya antes de aquél primer encuentro, había leído con avidez “Las muertes de Fígaro” , su poemario “Nudos de pausividad” –Premio Aguamixa de poesía 1997-; así como una interesantísima colección de estudios sobre las infinitas conspiraciones políticas habidas en la España del siglo XIX, cuyo nombre no recuerdo. Así que, cuando cruzamos nuestras primeras palabras aquél verano de hace alrededor de 5 ó 6 años, puede decirse que yo jugaba con ventaja al saber quién era. Coincidimos muy cerca de París, en el archivo de Vincennes, antigua prisión en la que pasó un tiempo Diderot, e hizo de Rousseau un filósofo en sus idas y venidas para visitar al enciclopedista. Me había llegado a aquél lugar aprovechando unas vacaciones, para dar un poco de claridad a los misteriosos manejos de Armando Pignatelli –a quién intentaba biografiar con la ayuda de un amigo-, con nadie más y nadie menos