El disfraz y la conspiración
La condesa de Castiglione era un ser terriblemente narcisista. En 1856 pidió al fotógrafo oficial del Imperio francés, Pierre-Louis Pierson, que tomara cientos de fotografías de ella, todas escenificadas de forma precisa y dramática, y con trajes, expresiones o puntos de vista distintos. Incluso llegaron a fotografiar partes de su cuerpo, como una pierna, una mano, la nariz, etc... A cada una de dichas imágenes dio un nombre diferente, inspirado en el teatro, la literatura o la ópera... Vista hoy en día, y teniendo en cuenta que el arte fotográfico era poco más que un recién nacido, esta colaboración entre la Castiglione y Pierson resulta absolutamente rompedora y vanguardista.
La italiana Virginia Oldoini, obtuvo su titulo de condesa de Castiglione por matrimonio. Su reconocida belleza y habilidad social, hizo que fuera enviada a París aquél año de 1856 para ayudar a defender la causa de la unificación de Italia ante el emperador Napoleón III, y hacer al mismo tiempo de espía en dicha corte. No tardó en convertirse en la "amante oficial" de Napoleón III, lo cual le hizo ganarse el título de "la mujer más peligrosa de París" por el poder que acumulaba en sus manos.
Consciente de las cartas que jugaba la condesa, el mismísimo ministro de Exteriores, Alexandre Walewski, se arriesgó a enviar una nota privada en la que amenazaba:
"Condesa, si antes de cuarenta y ocho horas no habéis abandonado Francia si avisar a cierta persona, me veré obligado a abriros un expediente y a probar ante el soberano vuestras actividades secretas"
Comentarios
Publicar un comentario