Cuídate de dónde dejas tus libros por la noche.


El autor de este manuscrito de hacia 1420 que se conserva actualmente en el Historisches Archiv en Colonia, Alemania, encontró su trabajo casi arruinado a causa de la visita nocturna de un gato que dejó una mancha de orina en el lugar que estaba reservado para la columna derecha de texto. No de muy buen grado, se vio obligado a dejar esa parte de la página vacía, dibujando únicamente la imagen de un gato y una nota maldiciendo a la criatura:


“Hic non defectus est, sed cattus minxit desuper nocte quadam. Confundatur pessimus cattus qui minxit super librum istum in nocte Daventrie, et consimiliter omnes alii propter illum. Et cavendum valde ne permittantur libri aperti per noctem ubi cattie venire possunt.”


“Aquí no falta nada, pero un gato orinó sobre esta parte durante cierta noche. Maldito sea el gato apestoso que orinó sobre este libro durante la noche en Deventer, así como muchos otros [gatos] también. Y cuídate bien de no dejar libros abiertos por la noche allá donde los gatos puedan ir a orinar sobre ellos.”

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