La única revista que no tiene nada que decir


Sin esperarlo, recibo un ejemplar de Le Petit Silence Illustré, una curiosísima publicación de la que dicen -subrayo el “dicen”-, que es uno de los más directos antepasados de los fanzines, y la precursora de la conocida revista satírica Hara-Kiri. Cuentan también que esta última se inspiró en “Le Petit Silence”, entre otras cosas para crear el lema con el que se publicitó en sus primeros años: “Si vous ne pouvez pas l'acheter, volez-le” (Si no puedes comprarla, róbala). En el potencial creativo del padre de aquella criatura, el periodista y escritor Jacques Sternberg, pesaba el bagaje existencial de aquellas generaciones que sufrieron el terrible aluvión de totalitarismos y guerras que ensombrecieron la primera mitad del siglo XX. A él y su familia, por ejemplo, les tocó abandonar su Bélgica natal huyendo del terror nazi al ser judíos, y refugiarse en España, donde fueron arrestados, devueltos a sus perseguidores y encerrados en un campo de concentración. Recuerdo todo esto cuando leo el subtítulo de su revista, ese maravilloso manifiesto que afirma que es “La seule revue qui n ait strictement rien à dire”. La única revista que no tiene nada que decir.


Le Petit Silence illustré, al que algunos llamaban Psi, se publicó en formato oblongo (11.5 x 28 cm) durante 1955, los seis primeros números, y en 1957, el séptimo y último. Sus portadas son la repetición en diversos colores de un fotomontaje realizado por el autor de ciencia ficción Philippe Curval, excepto la del número 7, que fue obra del magnífico Ruytchi Souzouki. Para Le Petit Silence, Sternberg contó con la colaboración de Curval y Souzouki, como ya he dicho, además de la de Pierre Versins, Jean Frapat, Valerie Schmidt, Pierre Bettencourt, y el curiosísimo espía, alquimista y escritor Jacques Bergier, arquetipo del sabio despistado que terminó convertido en personaje de una de las aventuras de Tintín, el "Vuelo 714 a Sidney"

Jacques Bergier y su alter ego en el universo Tintín.

Todos compartieron en aquellas páginas el humor negro y un tanto surrealista de Sternberg con breves tales como: “Estaba aprendiendo a conducir en un cementerio. Golpea un monumento funerario y se mata"; "Queriendo conmemorar el sacrificio de Abraham con dignidad, corta la garganta de su hijo"; "Para evitar dañar el traje que llevaba puesto veinte años, se suicida con un chaleco y calzoncillos”… En los comentarios dejo algunas muestras de lo que puede encontrarse en el interior.

Editorial de la primera página
del número 3-4 de abril de 1955.


Manteniéndose en esta línea, Jacques Sternberg participaría algunos años más tarde, a principios de los sesenta, con Roland Topor, Fernando Arrabal y Alejandro Jodorowsky de la fundación del mítico Grupo Pánico. Pero esta es ya otra historia.


Dos páginas redactadas por Curval para
el número 3-4 de abril de 1955


Comentarios

  1. Premonitorio. Durante meses intenté, inútilmente, comentar. Desistía y, al poco tiempo, regresaba. Hasta que lo di por imposible. Y, de repente, brota, del silencio, la posibilidad de romperlo.

    Bien hallado junto con esa joya en papel.

    Qué placer comunicar, apreciado Charles.

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    Respuestas
    1. Lo mismo digo. He tenido unos cuantos problemas con el blog que no me he puesto a repararlos hasta ahora. Además me ha costado lo mío, que para esto no tengo un especial talento, pero bueno, parece que sí, que por fin se puede. Ahora sólo me falta que lo configure para que me avise cuando recibo un comentario, como lo hacía antes, y así no dar la callada por respuesta. Veremos si soy capaz...

      Espero que ahora que me he propuesto revivir mi blog, al que había abandonado un poco por eso de compartir mi tiempo entre este y el facebook, pueda ponerme al día.

      Un placer saber de ti. Un fuerte abrazo!

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