La mirada de la señora Rae Ehrlich

Lo que está claro es que en ningún momento sabemos para cuándo hay que estar preparado. Si no, que se lo digan a la señora Ehrlich, que saltó a la posteridad sin necesidad de hacer algo demasiado especial. Ocurrió cuando fue fotografiada mientras explicaba a la policía cómo un grupo hanafí de pistoleros había roto, con la culata de su rifle, el cristal de la puerta de acceso a la sede de la asociación judía B'nai B'rith, en el centro de Washington. Este era uno de los tres edificios que aquel grupo ortodoxo musulmán, en una acción coordinada por su líder Hamaas Abdul Khaalis, asaltó el 9 de marzo de 1977 tomando más de 150 rehenes.
Según se cuenta, varios cautivos de la B'nai B'rith fueron golpeados y apuñalados, y en las oficinas municipales del distrito de Columbia mataron a un reportero de la emisora WHUR y dispararon a otros tres cautivos. En medio de toda aquella confusión, los hanafíes prometieron más violencia si no se cumplían sus demandas. Así se lo comunicaron al Washington Post: “Ahora todo está bien. Estamos tomando café y té, y llevando una agradable charla con los rehenes. Pero rodarán cabezas y la gente morirá a menos que nos den lo que pedimos”.
¿De qué se trataba? Hablaron de la Nación del Islam, con la que tenían unas cuentas pendientes debidas a una serie crímenes contra ellos a los que no se había hecho justicia. Pero lo que manifestaron que querían en primer lugar era, según se dijo, detener el estreno de la película “Mahoma, el mensajero de Dios”, protagonizada por Anthony Quinn e Irene Papas…
De todo esto sólo queda ella, la señora Rae Ehrlich mirando con intensidad al cristal roto de la puerta desde hace casi medio siglo, para que sigamos quedándonos admirados del gesto con el que fue captada mientras explicaba a la policía todo lo que había vivido aquellos días.

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