Día 10. El mapa emocional de nuestras vidas.



“De todas las cosas increíbles que hace la mente, la más sorprendente es, con total seguridad, que puede tomar sonidos y convertirlos en música, y luego tomar esa música y convertirla en un significado. En comparación con esto, el resto de las extrañas piruetas que hace nuestra mente podrían parecer cosas mucho más sencillas: nos gustan las fotos de bebés en los picnics a la luz del sol porque, después de todo, en esta vida nos gustan los días soleados y los bebés regordetes. Las historias que contamos en la literatura son como las mentiras que contamos en la vida. Pero la música es simplemente un conjunto de vibraciones físicas que llegan a nuestros tímpanos, y con esas vibraciones hacemos el mapa emocional de nuestras vidas” (Adam Gopnik. Music to yours ears, 2013.)

Ha tenido que llegar el octavo día de encierro para que se nos ocurra dedicar por lo menos una hora diaria a escuchar y hablar de música con nuestro hijo. Lo vamos a hacer rescatando los viejos vinilos de lejanos tiempos de gloria, los minúsculos cds, y las pocas casetes que han sobrevivido a otro apocalipsis: el del paso del tiempo. Hay de todo, y entre todo ello nos buscaremos. De paso, quizá consigamos marcar algún referente en los gustos de este pequeño que lleva consigo un mapa emocional lleno aún de dragones y terras incógnitas.

(En la foto, el baterista Gene Krupa en acción. Gjon Mili, 1941)

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