αέρα στα πανιά μας
Les voy a hablar de este navío de tres mástiles con velas desplegadas, abundante artillería, y un elegante mascarón de proa ¿Les dice algo? Su nombre era Joly , una fragata de 36 cañones que salió allá por el año 1684 del puerto de La Rochelle, escoltando a otras dos fragatas, la Belle y La Aimable , y al queche Saint-François . Transportaban colonos, alimentos y soldados, en una expedición que, encabezada por La Salle, marchaba a colonizar la Louisiana. Pero hagamos como con la pipa de Magritte: eso no es un barco, es el dibujo de un barco, y si lo amplían y se fijan bien en él, verán que hay unas notas manuscritas a la derecha y a la izquierda en francés, en una letra que -como se dice en la ficha del archivo que lo conserva-, está muy desvaída. Intentemos leer lo que dice a la derecha: "Monsieur. Je ne sauve pas quel sorte de gens vous etes / nous sommes francaises nous sommes par/ mi les sauvages nous [...] bien etre / parmi les cre...
Lamento interrumpir tu monólogo, querido amigo, pero no he podido evitar venir apresuradamente a saludarte. Desconocía la existencia de este blog - quizá lo ponías en Ex Oriente Lux y no me fijé - así que me he llevado una gratísima sorpresa. Siempre he sido torpe este tipo de juegos de mesa, así que mucho me temo que no jugaré. Un abrazo muy fuerte y alegre por este reencuentro.
ResponderEliminarPara mi es un placer, querida Isabel, que interrumpas mi monólogo para dejar el testimonio de tu visita; la primera, por cierto, que como tu comentario llegan hasta este cuaderno. Me alegro mucho de ello.
ResponderEliminarSi desconocías la existencia de este cuaderno no es por despiste, pues en ningún lado he dado noticia todavia de ello: ya que no he sido capaz de dejar la blogsfera, he querido en cierta manera empezar de nuevo, con calma, de otra manera, sin que nadie se sienta obligado a pasar a visitarme y reaprendiendo a escribir... Quien sabe si para hacerlo de manera distinta.
Un abrazo
Gracias, yo no lo hubiera encontrado hasta muy tarde, tengo un medalla de oro en torpeza. ¿Obligaciones? Esa es la parte que me duele de la bitácoras: no poder corresponder las visitas que tengo. Esa podía ser la causa por la que abandonara estos espacios.
ResponderEliminarPor eso tras meditar y amagar -sin decirlo- con irme, voy haciendo lo contrario: reafirmarme en el espíritu con el que cree La tierra de los árboles, una sutil hoja que arrastran los aires. De momento queda viento.
Creo entenderte muy bien. Yo no siento ninguna obligación.
Saludos.
Goathemala, por esas mismas razones llegué a la conclusión de que quizá lo mejor era empezar de nuevo, procurando hacerlo con calma y de otra manera. Veremos que ocurre.
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