7 años. Pequeño diccionario debatziano.
Para los que llevamos ya algún tiempo en esto de los blogs –o cuadernos, como prefiero llamarlo-, se va convirtiendo en una costumbre sorprendentemente rutinaria esto de ir, a cada paso de año, rompiendo el hilo argumental que veníamos arrastrando en anotaciones anteriores, para recordar a nuestros pacientes visitantes que hoy, tal día como el de hoy, nuestro cuaderno, o nosotros como blogeros, hemos cumplido un año más en este mundo virtual. Me toca el 19 de abril, pues, el de hace ya siete años, es aquél en el que empecé en este negociado con el primero de mis cuatro cuadernos: uno al que llamé Ex Oriente Lux y del que se puede saber –como de los siguientes-, lo que se desee curioseando en los enlaces que hay por algún lugar de la columna que hay a la derecha de este texto. El caso es que a uno se le queda un poco la mente en blanco cuando le llega el aniversario: ¿qué hago?, ¿qué cuento para celebrarlo? ¿y si no digo nada, y dejo pasar el año sin que nadie se entere, para quitarme e...
Lamento interrumpir tu monólogo, querido amigo, pero no he podido evitar venir apresuradamente a saludarte. Desconocía la existencia de este blog - quizá lo ponías en Ex Oriente Lux y no me fijé - así que me he llevado una gratísima sorpresa. Siempre he sido torpe este tipo de juegos de mesa, así que mucho me temo que no jugaré. Un abrazo muy fuerte y alegre por este reencuentro.
ResponderEliminarPara mi es un placer, querida Isabel, que interrumpas mi monólogo para dejar el testimonio de tu visita; la primera, por cierto, que como tu comentario llegan hasta este cuaderno. Me alegro mucho de ello.
ResponderEliminarSi desconocías la existencia de este cuaderno no es por despiste, pues en ningún lado he dado noticia todavia de ello: ya que no he sido capaz de dejar la blogsfera, he querido en cierta manera empezar de nuevo, con calma, de otra manera, sin que nadie se sienta obligado a pasar a visitarme y reaprendiendo a escribir... Quien sabe si para hacerlo de manera distinta.
Un abrazo
Gracias, yo no lo hubiera encontrado hasta muy tarde, tengo un medalla de oro en torpeza. ¿Obligaciones? Esa es la parte que me duele de la bitácoras: no poder corresponder las visitas que tengo. Esa podía ser la causa por la que abandonara estos espacios.
ResponderEliminarPor eso tras meditar y amagar -sin decirlo- con irme, voy haciendo lo contrario: reafirmarme en el espíritu con el que cree La tierra de los árboles, una sutil hoja que arrastran los aires. De momento queda viento.
Creo entenderte muy bien. Yo no siento ninguna obligación.
Saludos.
Goathemala, por esas mismas razones llegué a la conclusión de que quizá lo mejor era empezar de nuevo, procurando hacerlo con calma y de otra manera. Veremos que ocurre.
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