La pasada noche



Lo crean o no, esta pasa por ser la primera fotografía que conocemos de una juerga nocturna. Pues si, un hecho tan trivial tuvo también su momento inaugural y lo fue de mano de un grupo de escoceses de Edimburgo quienes, a juzgar por lo que vemos, no lo pasaron nada mal.

Aquél fue un acto moderno. Rompedor. Es como si comparándonos con ellos tomáramos nuestro móvil y nos hiciéramos una fotografía. Nada que ver. ¿O sí? Piensen ustedes que por aquél entonces tomarse una instantánea no era tal cosa: requería de un tedioso proceso de exposición en el que las poses de un grupo de amigos en el fragor de una juerga nocturna, podían terminar en dolorosos calambres causados por los largos tiempos de espera que requerían los viejos daguerrotipos. Afortunadamente, allá por los años 30-40 de aquél siglo, hizo su aparición el calotipo o "talbototipo", por su inventor William Henry Fox Talbot, que requería menos tiempo de exposición, y permitía tomar fotografías más espontáneas. Un invento que seguro hizo de las delicias de los más jóvenes fotógrafos de entonces.

El resultado, veanlo ustedes mismos: una noche indeterminada de 1843 ó 44, en medio de una imagen de grano grueso, vemos a unos tipos que beben y se divierten en un ambiente relajado y de franca camaradería. ¿Les suena?

La idea debió de partir del fotógrafo Robert Adamson (1821-1848) y el pintor David Octavius Hill (1802-1870), fundadores de uno de los primeros estudios de fotografía de Escocia. El primero de ellos, Adamson es el que aparece a la derecha de la imagen, riendo y apoyado en la espalda de uno de sus amigos George Bell (1813-1889), quien era muy conocido por aquellos años al comisionar la Poor Law, por la cual subían los impuestos para poder costear la beneficiencia de los menos afortunados. El socio de Adamson, el pintor David Octavius Hill quedó fuera de la imagen, tras la cámara, retratando a sus compañeros de francachela.

El tercero, a la izquierda  de la imagen, era James Ballantine (1806-1877), hijo de un cervecero de Edimburgo. James fue escritor y sobre todo pintor de vitrales, tema que le dio para escribir un reconocido tratado que le hizo un nombre en la comunidad artística, y le permitió dejar tras de sí una obra plástica que todavía hoy es muy apreciada.

Quizá el mayor pecado que se puede cometer al invadir la intimidad de un grupo de amigos como este, es el hacerlo desde el futuro. Si, observamos su diversión como un hecho pasado, de personas cuyas vidas quedan ya muy atrás, y para las que aquél momento fue seguramente olvidado poco tiempo después, merced a que en sus vidas, como en todas, se mira más hacia el futuro, hacia las expectativas y los sueños, hacia el lugar en el que, para ellos, habitamos nosotros.

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