Copias y locuras

La historia que rodea a este grabado es menos sencilla de lo que pudiera parecer. Empieza con Demócrito. Se cuenta que éste abandonó la vida de comodidades y riquezas que le ofrecía el pertenecer a una rica familia de Tracia para dedicarse al estudio y la búsqueda del conocimiento. Era tal su obsesión por la elucubración que, según Aulo Gelio en sus Noches Áticas: “colocó un escudo en dirección a la salida del sol, para cegarse los ojos con el resplandor del bronce. De esta manera se cegó los ojos con los rayos de sol, para no ver así lo bien que les iba a los malos ciudadanos. Así también yo quiero que el resplandor del dinero ciegue los últimos días de mi vida para no ver al inútil de mi hijo pasándoselo bien” No le faltaba humor, a pesar de que los métodos que empleaba para concentrarse en sus meditaciones eran bastante discutibles. De hecho, dicen que fue él quien introdujo por primera vez el concepto del humor en la filosofía, que era “el filósofo que ríe”, en contraposic...