Les voy a hablar de este navío de tres mástiles con velas desplegadas, abundante artillería, y un elegante mascarón de proa ¿Les dice algo? Su nombre era Joly , una fragata de 36 cañones que salió allá por el año 1684 del puerto de La Rochelle, escoltando a otras dos fragatas, la Belle y La Aimable , y al queche Saint-François . Transportaban colonos, alimentos y soldados, en una expedición que, encabezada por La Salle, marchaba a colonizar la Louisiana. Pero hagamos como con la pipa de Magritte: eso no es un barco, es el dibujo de un barco, y si lo amplían y se fijan bien en él, verán que hay unas notas manuscritas a la derecha y a la izquierda en francés, en una letra que -como se dice en la ficha del archivo que lo conserva-, está muy desvaída. Intentemos leer lo que dice a la derecha: "Monsieur. Je ne sauve pas quel sorte de gens vous etes / nous sommes francaises nous sommes par/ mi les sauvages nous [...] bien etre / parmi les cre...
Es que en Madrid si no hay luz eléctrica y se mata a un toro "de verdad" no se divierte la gente.
ResponderEliminarMe encantaría haber visto a un batallon dando cuenta de una ensaimada el tamaño de esa boa... Deliciosa crónica, querido amigo. Nuestros antepasados también tenían ganas de divertirse y sentido del humor. Eso los humaniza. Un besote.
ResponderEliminarMuy interesante que hayas rescatado esta crónica de aquellos años para que nos enteremos de que era lo que divertía a aquella gente, así nos resultan un poco más cercanos.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana.
Querido Charles
ResponderEliminarAcaba Vd. de mostrarnos el primer, auténtico y genuino ejemplo de la movida madrileña. Ríase Vd. de los Almodóvares, Alaskas y Berlangas...
Deliciosa crónica Charles. Hace años tuve que hacer un trabajillo y me pasé unos pocos meses en el CSIC ojeando y hojeando la Ilustración Española y Americana. Disfruté mucho. Por el tipo de crónica y de periodismo que se hacía en la época, por el lenguaje que se usaba, por las fantásticas ilustraciones y por lo cuidado en general de la publicación. Una joya.
Esta condesa (bueno, la de verdad), alguna vez salió en ella... jijiji.
¡Què ilustración más exótica! A veces se siente añoranza de esas crónicas ingenuas en un mundo en el que, afortunadamente, no existía la globalización. Lo que nos hemos perdido...
Un abrazo
Curioso. Máxime cuando he sido un asiduo del Retiro en mi juventud porque vivía enfrente y allí aprendí a jugar a baloncesto.
ResponderEliminarAñade otra coincidencia más a lo que nos une: suelo consultar La ilustración Española y Americana. Lo hago de vez en cuando y siempre a través de la web del Ateneo.
Saludos.
...llegué a ver a Pinito del Oro,
ResponderEliminar¡Menudo regalo por navidades! todavía me acuerdo.
En cierta manera, las cosas del ocio parecen haber cambiado lo justo desde entonces: diferentes medios para casi un mismo mensaje.
ResponderEliminarPerdonad que nos os responda uno a uno, que es lo que me hubiera gustado, pero el tiempo es el que manda y, en este momento, lo hace hacia otros derroteros menos placenteros.
Gracias por vuestras palabras.
Salud
Charles, me gustaría enlazarte en el feevy, pero no sé hasta qué punto quieres o no ser del todo público. Ya me dirás.
ResponderEliminarUn beso
Estimada Freia, no hay ningún problema en que lo hagas. Será un verdadero placer para mi estar en tu lista de lecturas. Ello en nada va a perjudicar mi intención de mantener mi cuaderno "a la sombra".
ResponderEliminarUn abrazo y salud