Parkman y Mol

Para cuando Francis Parkman emprende la aventura que relata en su libro “El Camino de Oregón” , -por aquél entonces debía tener cosa de 23 años-, el tiempo y la fortuna le habían permitido ya graduarse en Harvard, cruzar el Atlántico y dedicar cosa de un año a disfrutar de lo que entonces se llamaba el Grand Tour . Cuentan que en Roma intentaron convertirle sin éxito al catolicismo, que en Nápoles pasó días enteros al pié del Vesubio esperando ser testigo de alguna de sus erupciones, y que cruzando los Alpes vagó perdido por entre sus nieves durante cerca de dos días, hasta que unos pastores dieron con él ya a punto de morir. Pero Parkman no era amigo de estarse quieto mucho tiempo. Al poco de su vuelta a los Estado Unidos decidió unirse a una partida de cazadores que marchaba hacía el oeste, siguiendo el Camino de Oregón. Su intención era narrar después al público norteamericano lo que había y lo que ocurría por aquellos extensos territorios vírgenes que s...