Me dedicaré a robar bancos y cantarlo luego en poemas

Hay ocasiones en las que las buenas palabras se nos administran para que entren en nuestro organismo como el más sutil de los venenos, y con la clara y única intención de quitarnos de en medio a nosotros o lo que es peor, a lo que somos. Algo así es lo que me parece que ha ocurrido a veces cuando la generosidad con la que se juzga a determinadas artistas se limita a tratarlas de musas o inspiradoras, como si ello fuera un honor que se les da. Esto se hace con personas cuyo talento ha sobrepasado al de la mayoría de sus contemporáneos y que han sido estos mismos quienes lo han pretendido anular otorgándoles el título de marras. Ustedes recuerdan a Camile Claudel, por ejemplo: lo que ella fue es lo que muchos hubieran querido ser. Y no musa precisamente. “Me dedicaré a robar bancos y cantarlo luego en poemas” Manifiesta una joven y soñadora Emmy Hennings (1885-1948) en “El angel Dada” de José Lázaro y Fernando Gonzalez Viña . Hay poco de provocación en estas palabras, n...