Blues


Ni su propia madre acertaba a recordar si la ceguera de Blind Willie McTell fue algo de nacimiento o le atacó durante los primeros años de su vida. El hecho es que era un hombre ciego con un sentido extraordinario del oído y el tacto, cosa que le vino muy bien para aprender a leer y escribir música en braille cuando otros apenas eran capaces de firmar con su nombre en una cuartilla cuadriculada. Siendo todavía un niño su madre empaquetó los pocos trastos de su casa, le cogió de la mano y se lo llevó a Statesboro, en Georgia, donde con la misma rapidez que quedó huérfano aprendió a tocar la guitarra. Es posible que fuera entonces cuando pensó en dedicar una de sus mejores canciones -Statesboro Blues-, a aquel lugar que le acogió, enseñó a ganarse el pan y prestó su tierra para descanso de la poca familia que tenía. No podía ser de otro modo.


Mama died and left me reckless, Papa died and left me wild,
I ain't good lookin baby, but I'm someone's sweet angel child.

A partir de entonces, McTell se convirtió en un músico vagabundo, lo llevaba en la sangre y quiero pensar que nunca lo abandonó, y recorrió todo el Sur tocando en cualquier tugurio en el que le hicieran un hueco, acompañando con su música a los últimos charlatanes, tan errantes como él, que vendían elixires milagrosos de pueblo en pueblo y, sobre todo, en los aparcamientos de la cadena de restaurantes Pig'n Whistle, por donde pasaba para ganarse unas monedas y recabar opiniones sobre los temas que componía. En 1927 Victor Records le ofreció grabar algunas de sus canciones acompañándose de esa voz, demasiado suave para lo que es habitual en el blues, y su guitarra acústica de 12 cuerdas, que le hizo inconfundible para todos aquellos que lo encontraban tocando en algún rincón perdido de Georgia.


El 5 de mayo de 1983, Bob Dylan grabó un tema dedicado a este hombre, ya fallecido y prácticamente olvidado. Inicialmente estaba previsto incluirlo en su álbum “Infidels”, el que supuso un retorno tras sus derivas espirituales, pero por motivos que se desconocen este tema, uno de los mejores de Dylan para mi gusto, no fue incluido y tuvo que esperar a ser recuperado en uno de esos bootlegs que se editaron posteriormente. Paradójicamente, “Blind Willie McTell” es una canción sobre el acto de ver, en este caso textualmente desde la ventana del Hotel St. James, cómo transcurría entonces la vida de aquél espíritu errante y la comunidad afroamericana del sur de Estados Unidos…


Fue la casualidad la que hizo que el Blind Willie McTell de Bob Dylan acertara a sonar en mi coche una de las primeras noches en que, regresando a Donostia desde Vitoria, acababa de pasar Arrasate: en uno de los puntos más oscuros y sombríos de mi recorrido. El mismo azar hizo que volviera a oírla de nuevo al día siguiente y casi en el mismo lugar: regresaba también de Vitoria, de despedirme una vez más de mi padre y pensando en que quizá esa fuera definitivamente la última vez que lo haría. Desde entonces, tomé la costumbre de saltar directamente a esa canción todos los días poco después de rebasar Arrasate, durante casi un mes, hasta que antes de ayer estos viajes han dejado de tener sentido.


Supongo que si hubiera tenido la oportunidad de habérselo contado a él, a mi padre, lo hubiera despachado haciéndome ver que la de McTell era una vida muy triste a ojos de Dylan, y que él, si le pusiera en la obligación de elegir, se quedaría con lo errante, con esa vida sin rumbo que busca sobrevivir y llegar al día que sigue en la compañía de los que beben, cantan y miran siempre hacia adelante con esa esperanza que alimente el temor y la inseguridad.


Al fin y al cabo todas estas historias son, como decía James Baldwin en su cuento "Sonny’s Blues", algo que "nunca es nuevo pero siempre debe escucharse: es la única luz que tenemos en toda esta oscuridad ".


Comentarios

  1. Ese músico viejo y olvidado, seguramente con más visión que muchos con el nervio óptico en condiciones, ha quedado ya unido a los sentimientos, a esa ruta de esperanza truncada y al recuerdo del padre que ya no aguarda al final de ese recorrido porque ya se ha instalado en la memoria de tus tiempos vividos. Mis condolencias; de corazón. Un abrazo.

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  2. Muchas gracias, amigo. Un gran abrazo.

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