Los cadetes de Gascuña
Mira por donde que mi última estancia en el Bearn me sirvió, además de para otras muchas cosas, para pasarme por una librería que había en lo que parece un antiguo teatro en Orthez, y comprarme-regalarme algún libro de esos que no se encuentran por mis habituales latitudes, y cuyo contenido merece el esfuerzo de leerlo en un idioma que no es el de uno.
Puede imaginar el santo lector que me sigue con alguna frecuencia, qué es lo primero que me vino a la cabeza cuando leí el título: el panteón mosqueteril al completo, dispuesto a llenar mis lecturas de datos, anécdotas y el gozoso conocimiento de algún que otro hecho histórico que ignoraba hasta el momento.
Más allá de todo eso, el libro trata de la vida de aquellos soldados de fortuna, segundones de la baja nobleza gascona, que hicieron fama en la Francia de su época por su arrojo, maneras bruscas, extraño lenguaje, y su espíritu pendenciero y bebedor. En cierta manera, tal y como da a entender la autora, el personaje de Dumas no hace sino compilar en sí los tópicos que habían ido acumulándose a lo largo del tiempo en torno al carácter gascón.
Una joya de lectura. Sin pensarlo más me lo llevé conmigo –previo pago de su precio, por supuesto-, dispuesto a empezarlo, como debe comenzarse un libro que se compra extramuros de nuestra vida cotidiana, en algún lugar cuya evocación, que irá siempre unida al mismo, tenga un algo especial.
No sé porqué pero esta zona del Bearn me ha parecido siempre especialmente hermosa. Aquellos montes que se ven allá al fondo son los Pirineos, cuya silueta impresiona más al que la observa desde este lado, donde la tierra es llana y permite apreciar más su enormidad, que desde el otro.
Estamos entre Navarrenx y Oloron, y aquí, a medida que avanzaba el clarear de la mañana y el frescor que llegaba desde aquellos montes lejanos, comencé la primera lectura –simbólica-, de este libro que bien podía estar encabezado por las mismísimas palabras de uno de ellos, que sin ser gascón, apuntaba buenas maneras:
Ce sont les cadets de Gascogne
De Carbon de Castel-Jaloux!
Bretteurs et menteurs sans vergogne.
Ce sont les cadets de Gascogne!
Parlant blason, lambel, bastogne,
Tous plus nobles que des filous,
Ce sont les cadets de Gascogne
De Carbon de Castel-Jaloux
¿Te refieres a Monsieur de Bergerac? Debe ser un hermoso pais, a las puertas de los pinares de Las Landas
ResponderEliminarHermoso también es el Périgord, cuna de Cirano y de buenas vides y viandas.
ResponderEliminarMenos mal, Charles que avisas al lector de tu escrito a vuelapluma... por un momento he llegado a contemplar los pirineos.
CARBON DE CASTEL-JALOUX
ResponderEliminarLe voila!
CYRANO (levant la tete)
Mon capitaine!,
olalá Mon capitaine!. . .
mucha pluma llevan esos gascones.
A él me refiero bienretornado amigo Vere; y si, es un hermoso país como todos aquellos en los que se buscan sus maneras de placer.
ResponderEliminarMaravilloso Perigord, si Vailima, y lo que ves en la foto sí que son los Pirineos fotografíados la mañana del 5 de noviembre.
Anarkasis: pluma y acero, y cuento, y engaño, y alcohol, y heridas, y mentiras, y burlas... de tó y lo bueno es buscar porqué la llevan.
Salud
Charles creerás que lo primero que he hecho ha sido buscar para comprobar la existencia del libro jajaja. Y si, esta vez no te has dejado llevar por tu maravillosa pluma inventiva.
ResponderEliminarEstimada y traductora amiga Lady: puedo asegurarte sin mentir que esperaba que alguno de vosotros lo hiciera ;-). ¿Cómo podéis desconfiar de la existencia de un libro que os recomiendo? je, je, je
ResponderEliminarMuy buena su forma de escribir.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por tus palabras y tu visita Goathemala.
ResponderEliminarUn saludo