La sombra de una llave
Recuerdo que apenas tenía algo de sentido cuando la vi por primera vez. Era una llave oscura, grande como lo son las que tienen cierta antigüedad, que colgaba del arco de una de las capillas de aquella catedral. Apenas tenía sentido entonces, y por aquél motivo, no recuerdo que ocurriera otra cosa que la de detenerme unos instante bajo ella sin preguntarme demasiado por el qué es lo que hacía allá. Para quién está comenzando a descubrir el mundo, como para quien teme perderlo, el tiempo es muy importante y, por lo tanto, no era cuestión de entretenerse en algo que ¿quién sabe?, era otra de esas cosas normales de la gente mayor. Desde entonces, he vuelto a aquél lugar varias veces, terminando siempre por detenerme ante aquella llave; no sé muy bien si para preguntarme por el porqué de estar ahí colgada, o para confirmarme a mí mismo con alivio que, aún pasado el tiempo y sus cosas, yo seguía aquí. En ocasiones creía ver en aquél objeto una continuación argumental de lo que en la p...